Es inevitable el paso por la primera cita cuando estamos conociendo o por conocer a alguien, están lascitas a ciegas, las citas arregladas, en éste caso, por lo general, por algún amigo complice en común que nos jura que tiene al principe azul entre sus conocidos.
Están las citas después de una noche de salida con amigos en que sin querer o queriendo conocemos a alguien, están las citas que no llegán a ser primer cita con alguien que en un momento de cuasi desesperación buscamos en la libreta de contactos como si le soplaramos el polvo a un libro que encontramos en el baúl de los recuerdos, están las citas catastróficas, las páteticas, las aburridas, las que queremos y deseamos que terminen en seguida y las que no queremos que terminen nunca, estás son mis preferidas. En esas citas mi mente vuela hacia un mundo de fantasía en el cuál me veo haciendo la pregunta...Dónde firmo señor juez??? Pero en cualquiera de estas citas es imposible no pasar por los temas clásicos...mi familia esta compuesta por, me gusta el helado de limón , no me gusta que me hagan cosquillas, me banco tal cosa, me cae muy mal tal otra cosa, mis amigos dicen de mi tal cosa, y que hacés en tu trabajo?, a qué aspiras en la vida, que buscás en el otro y bla bla bla, todos los que hemos tenido una relación larga, consolidada y duradera por un tiemposabemos que estos temas prácticamente se tornan en un trámite engorroso y que todo sería más fácil si existiera el libro mis memorias volumén 1 y 2, en ese caso, diriamos: Ok, querés saber de mí?, lee ésto; porque a muchos nos ha pasado que después de hablar cosas insolitas como por ejemplo, en el jardín de infantes actúe de San Martín con un caballo que en realidad era el palo de una escoba, al otro día o a los días nos quedamos mirando el teléfono como diciendo, que cosa habré dicho para que mi posible principe azul haya desaparecido y seguramente este en una sala de primeros auxilios haciéndose una tranfusión de algún otro príncipe fallido??